lunes, 23 de marzo de 2015

Sentirse infinito


    A lo mejor os da igual lo que os cuente, a lo mejor no, pero queráis o no yo lo haré igual.

    Por la tarde salí a correr, al principio chispeaba, nada con mucha importancia, pero gradualmente cada vez llovía más, parando de vez en cuando. No te sientes infinito, sin límites por hacer una distancia decente en un tiempo decente aunque el tiempo no sea tan decente.
   
   Yo me sentí infinito, cuando llegué a las ocho vueltas que me había propuesto, habiendo querido para desde la tercera o cuarta. Porque cada vez que quería para  me recordaba una historia que me contaron: "Una vez dos prisioneros, necesitaban pasar diez muros para ser libres, por cada muro que saltaban se preguntaban mutuamente si seguir momento en el que ambos asentían, hasta que llegaron frente al muro diez, donde ambos alegando que estaban cansado (ellos no sabían cuantos muros debían superar) nunca habría final. Y ambos volvieron. Saltado de nuevo nueve muros, cuando solo les quedaba uno para ser libres. ¿Vas a desaprovechar todo tu esfuerzo por un momento de debilidad?" y a la vez me repetía una frase de una canción: "dicen que para llegar a cumplir tus sueños lo que nunca debes olvidar el la constancia". Todo ello en mi mente. Y ese, vamos a llamarlo chute de energía, me hacía acabar la vuelta e ir a por la siguiente aunque mi cerebro se negará y mandara señas de dolos a mis músculos.

    No me siento infinita por dar todas las vueltas. Me siento infinita por no para en ninguna de ellas, sufrirlas y acabarla, porque hoy se que estoy un pasito más cerca de lograrlo.

    Muchas gracias por leerme, les deseo lo mejor y sí, por hoy soy infinita.
                                                                                ADEU



No hay comentarios:

Publicar un comentario